Unas Palmeritas de hojaldre para acompañar el café de por la mañana, o para acompañar un buen final de una comida, ni tan mal no??? Son súper fáciles de hacer y con un saborazo que hará que tus momentos sean más dulces.
INGREDIENTES:
- 2 Láminas de Hojaldre
- Azúcar blanquilla
PREPARACIÓN:
- Lo primero que vamos a hacer es dejar las láminas de hojaldre fuera de la nevera a temperatura ambiente durante unos 5 minutos, de esta manera luego serán más fáciles de manipular.
- Pre calentaremos el horno 10 min a 220ºC mientras vamos dando los siguientes pasos.
- Alisamos de una en una con un rodillo en una sola pasada, cada una de las láminas, y a continuación, echamos 2 puñados de azúcar blanquilla sobre la lámina, no tengáis miedo, necesitamos que estén dulces, y la propia masa, lo absorberá. De todas formas, cuando hagamos los rollitos, podréis echarle más azúcar por encima si creéis que os habéis quedado cortos.
- Una vez que tengamos el hojaldre con el azúcar, vamos a enrollarlo, a lo largo, en dos partes. Hacemos dos rollitos, como os especifico en la foto; es aquí donde podéis añadir un poco más de azúcar a la superficie de la masa si creéis que el hojaldre os ha quedado poco dulce antes.
- Con un cuchillo mojado previamente con un chorrito de agua, vamos a ir cortando las palmeritas con un grosor de unos dos dedos. Queremos que nos queden jugosas y grandecitas. Y las ponemos o en el mismo papel de horno en el que viene envuelta la lámina de hojaldre, o si tenéis papel de horno a parte, cortáis un pedacito igual de grande que la placa del horno donde pondremos las palmeritas. Yo recomiendo que sea la de rejilla, porque las palmeritas se harán de una manera más uniforme por todos lados.
- Introducimos la bandeja con las palmeritas al horno previamente pre calentado, a una altura media, bajamos el calor a 190ºC y dejamos que se hagan durante unos 10 o 12 minutos, o si tenéis ocasión de poder controlarlo visualmente, hasta que veáis que el hojaldre ha tomado un color tostado y no quemado.
- Finalmente, las sacamos con cuidado de no quemarnos del horno, y las ponemos en un recipiente o cesta en la que puedan respirar y secarse para que se les vaya la humedad que haya podido quedar. ¡Y ya las tenemos listas!
